Debido a la naturalidad del ambiente, nos olvidamos de su existencia, debido a lo tupido del bosque solo vemos los árboles del límite pero no vemos la selva, no vemos cómo se talan los bosques ni como se caza el último animal de una especie ya sea para sopa o para exhibición, no vemos cómo se contamina el agua, y no sabemos a dónde va nuestra basura, tampoco sabemos que formas toma la naturaleza ni todos los frutos que ofrece, sus medicinas, sus paisajes en extinción y el último salto de la boruga. Seamos la voz de la selva, y los ojos del mundo explorándola y contando sus historias.
Pueblos ancestrales, información universal, calmados al hablar y sabios en su consejo, con los brazos abiertos reciben al viajero aunque la experiencia les previene de sus intenciones, gritan al mundo con tradición oral, con cantos y oraciones de curación, culturas llenas de magia y sabiduría, hagamos que su voz se escuche, y que se registre su danza, y se proyecte su magia, contando su vida, su experiencia y su peligro. Todas las etnias tienen que aportar a la cultura universal.